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Se trata de una terapia con la que podemos trabajar los aspectos fundamentales de una persona:
En la consulta kinesiológica se realizan tests al paciente que su propio organismo nos va contestando, de forma que encontremos el tratamiento perfecto para cada paciente y cada patología. Nuestro cuerpo graba la información de lo que no gestiona de forma saludable, y nunca se equivoca en su respuesta. Expresa continuamente lo que le ocurre dentro, exterioriza los sentimientos y todo esto se manifiesta en los más mínimos detalles. Lo emocional repercute físicamente, lo físico se manifiesta en lo emocional, y cualquiera de estas alteraciones afecta al plano energético. Si todo esto persiste, se empezarán a manifestar incluso alteraciones orgánicas o viscerales.
El cuerpo humano es mágico, un trabajador incansable que trata de llegar a un “equilibrio” con lo que tiene, un “equilibrio” que no siempre resulta saludable. El cuerpo funciona como un todo, por eso el desequilibrio en un plano produce alteraciones en los demás.
El kinesiólogo debe ser capaz de «leer» este lenguaje corporal, energético, emocional… y realizar los tests correspondientes para llegar a la causa de la patología de la persona y no quedarse solamente en el tratamiento de la sintomatología que esta manifiesta.
La conciencia es un elemento fundamental en todo este proceso porque, si bien es una condición necesaria para producir un cambio en la persona, en gran cantidad de ocasiones no resulta suficiente para provocar el cambio que se necesita. En cada sesión en consulta se hará consciente a la persona de lo que cuenta su cuerpo, del punto en el que se encuentra, y se realizarán las maniobras adecuadas y necesarias para llevarlo al bienestar saludable.
La Kinesiología es una herramienta poderosa con la que se activan mecanismos naturales del organismo para conseguir un equilibrio saludable; en este aspecto, hace un tándem espectacular con la aromaterapia. Estas dos herramientas unidas hacen un trabajo de excepción para ayudar a equilibrar la totalidad del ser.
Utilizaremos test emocionales y energéticos para llegar a conocer los aceites esenciales que el organismo de cada paciente está solicitando en cada momento.
Además, se realizarán técnicas de eliminación de energías dañinas, descarga de cadenas musculares completas y equilibraciones emocionales y psicoemocionales con aceites esenciales.
He aquí dos disciplinas que, juntas, pueden ayudar a alcanzar el equilibrio en los diferentes planos de cada persona, teniendo en cuenta, incluso, que una alteración puede ser de origen transgeneracional, o puede tener su origen en el nacimiento como consecuencia de un parto traumático.
La kinesiología fisiátrica es una terapia de excepción a la hora de facilitar el tránsito por un duelo intenso, ya pueda ser por la muerte de padres o de hijos, ayudando a que no se manifiesten alteraciones irreversibles en la gestión de una perdida tan intensa. Según la doctora en neuropsiquiatría y kinesióloga E. Kubbler, en las personas que sufren la muerte traumática de un ser querido, las bases emocionales pueden enquistarse en extremo si no son capaces de llevar un duelo adecuado.
Hemos de ser conscientes de que no todas las muertes suponen lo mismo. Cuando el fallecimiento provoca un corte generacional (como en la muerte de los padres o los hijos), las emociones no siempre pueden seguir el curso correcto de cada etapa del duelo, se pueden enquistar y encerrar a la persona en su propio yo modificando gravemente alguna o varias de sus emociones. Es ahí donde la kinesiología, unida a la aromaterapia, puede ayudar.
Puedes ir a consulta por un dolor muscular, un tema de insomnio, ansiedad, hígado graso, asma… Independientemente de lo que el cuerpo del paciente manifieste como patología (sea una alteración muscular, emocional, energética, orgánica, visceral…), se trata de determinar el origen de la misma para ayudar a la persona a llegar a un equilibrio y un bienestar saludable en todo lo que es. Esto facilita que la persona haga los cambios que necesita en su vida para que dicha patología no vuelva a manifestarse o, al menos, no de la misma manera o con la misma intensidad.
Estas sesiones van acompañadas de tratamientos con aceites esenciales, así como, en ciertas ocasiones, de la elaboración de un perfume personalizado que ayude a fortalecer las debilidades de la persona en el momento concreto en el que se encuentra.